Acerca de la historia...

Los interludios son un pequeño detalle que he agregado para probar cierto nivel de interactividad. Si ves un vínculo cerca del final de un párrafo síguelo, no te detengas pues la lectura no ha terminado... Así encontrarás detalles interesantes y además, me ayudarás a probar mi idea... Gracias. Recomiendo que tengas tus altavoces encendidos, si usas audífonos pues mejor aún... Le dará un toque de gracia a cada interludio... Disfruta ;-)!

miércoles, 4 de junio de 2008

Capítulo Cuarto .:. Bifurcación

*¡Ayúdame!*

Respiró profundamente y abrió sus ojos, pero era como si aún los tuviese cerrados. Estaba oscuro, sólo un tenue haz de luz se divisaba al fondo de la habitación y se acercó ahí. Aún estaba confundida, lloraba. Trataba de recordar lo que había pasado. Se frotó los ojos y miró hacia arriba. Había una ventana pequeña, era de ahí que provenía la luz, pero no podía alcanzarla. Se sentó. El temor recorría su cuerpo y miles de cosas pasaban por su mente. Era tan pequeña y frágil, ¿por qué le hacían esto? Cerró los ojos...

*Bifurcación*

Empezaban a surgir las respuestas... Y empezaba a forjarse un destino...













*Terceros*





La puerta de la oficina se abrió súbitamente: "Ellos están allá... ¿Qué están buscando?" El hombre ciertamente parecía muy nervioso. Desde el escritorio, un hombre de cabello blanco y mirada maliciosa le miraba.

- Cálmate. Todo debería estar bien.
- ¿Bien? Has visto lo que está pasando... Nadie me cree pero están tras nosotros. Ellos vendrán, ¡estamos jodidos!
- ¡No seas estúpido! ¡Sabíamos que esto pasaría! Ellos no van a encontrar nada, todo ha sido cubierto... Ahora a trabajar.
- No debí meterme en esto...

Volvió a salir y cerró la puerta a sus espaldas.

*Vuelta a la realidad*

El caliente resplandor del sol de la tarde se colaba por las ventanas del apartamento abandonado, Buendía trataba de refrescarse mientras esperaba a Robert, que parecía haberse tardado más de lo usual. Desesperado salió a buscarle. "¡Robert! ¿Dónde rayos estás? ¡Apresúrate que las cosas no son paradisíacas acá arriba...!" Robert volvió en si, empuñó su arma y reanudó la subida hasta el apartamento. Había sangre por todos lados, parecía gotear del techo y escurrirse por las paredes, tal como en aquella fotografía que había visto en la mañana. Cuerpos desmembrados descansaban en el suelo. Cerró los ojos y agachó la cabeza para no ver... "Adelante colega" insistió Buendía, Robert volvió a mirar. Todo estaba limpio, no había sangre, ni cuerpos desmembrados... Pero si había un par de cadáveres, un disparo en la cabeza, muy limpio. Se pusieron sus guantes y entraron en labor.

Recorrieron todo el apartamento buscando evidencias y pistas, luego se retiraron. En el auto Robert pensaba en todo lo que había visto y sentido, se preguntaba qué pasaba, por qué era tan frecuente todo aquello. ¿Era normal? No podía saberlo, no podía tampoco contarselo a nadie. "Hey, compañero, déjame acá en la oficina y ve a descansar, estás demasiado presionado y eso no es bueno!". La voz de Buendía le hizo volver, luego de asentir, detuvo el vehículo para que su compañero bajara frente al edificio en que trabajaban. Luego retomó el camino rumbo a casa. Bajó del auto y caminó a la casa lentamente, las imágenes de aquel lugar le perseguían, abrió la puerta y caminó a su cuarto mientras se quitaba la camisa y la colgaba sobre su hombro. Entró a su cuarto y abrió el escaparate... Quedó sorprendido cuando el espejo en la puerta le mostró lo que había a sus espaldas... Quedó paralizado..! No podía ser cierto..!

viernes, 9 de mayo de 2008

Capítulo Tercero .:. Oscuridad

*Nada...*

Este tampoco ha sido el mejor de sus días pero, ha sido mejor que los anteriores. Indagando un poco y después de meses de frustrante búsqueda, por fin parecía haber encontrado algo. Las muertes que investigaban parecían todas estar relacionadas con un proyecto secreto que se llevaba a cabo en aquella empresa. Haciendo algunos movimientos sucios había encontrado pequeños detalles aquí y allá sobre los eventos, investigaciones genéticas, mucho dinero... Gente descontenta... Las cosas se habían salido de control, pero, ¿qué había pasado precisamente? ¿Por qué aquellas personas habían muerto de aquel modo?

Ya había cumplido la rutina de despertar, desayunar y caminar al auto, esta vez sin embargo se apresuró en el trayecto por el jardín, aún asustado por la experiencia que había vivido la mañana anterior . Sintió escalofríos al llegar al lugar preciso en el que tuvo la desagradable visión. Siguió caminando rápidamente a su vehículo y cerró la puerta. "¡Idiota! ¿Qué estás mirando?" pensó para sus adentros mientras esquivaba la mirada de un hombre que le observaba desde la acera del frente, una mirada que le siguió hasta perderse de vista.

-¡¿"Dónde te habías metido Roberto Hans?! Tienes a medio FEAR buscandote como locos"
-"Calmate, Buendía, no la he pasado muy bien y lo sabes"
-"Pero ¿ estabas loco por entrar a la acción y ahora te desapareces así? ¡Ten! Te han enviado esto. No se que cuernos será pero parece que le has movido el piso a alguien con lo que sea que hayas encontrado."
-"No encontré nada relevante (O quizás si)... Pura mierda, sin sentido"
-"Roberto, sigo sin saber por qué han decidido llamarte compañero, pero hazme un favor. No me bañes en porquería ahora. Los chivos grandes de FEAR nos estarán observando. ¡Ah! Z20 se ha retirado... El tipo realmente no parecía querer seguir en eso."
-"Idiotas infantiles..."
-"No empieces Hans, ¡lárgate de aquí!"

Hans cerró la puerta a sus espaldas mientras Buendía reía en la oficina. Caminó por el pasillo, miró al ascensor... Dio la vuelta y tomó las escaleras. Abrió el sobre, respiró profundo. "¡No! Aquí no..." pensó, y continuó bajando.

Entró al auto y cerró la puerta... Abrió el sobre... ¡Al mirar aquellas imágenes y leer el informe quedó horrorizado! Cuerpos que se esparcían por el sueño, sangre en paredes, goteando desde el techo, en el suelo. No había un arma, un casquillo de bala... Nada...! Cómo pudo alguien hacer algo tan monstruoso sin siquiera dejar un rastro... Sin ningún tipo de arma, sin herramientas ni esfuerzo... Nada!! Sintió escalofríos... Pero sus nervios aumentaron aún más, cuando miró esas pisadas, eran... "No... No puede ser...! No puede ser...!". Cerró sus ojos y respiró profundo... se dejó llevar...

*Nexo*

"No es posible... Ya... Si, si entiendo... Enseguida voy... Gracias!"
Ronald White estaba en su oficina cuando recibió la noticia, sintió una angustia horrible pero debía mantener la calma. Luego de avisar que estaría ausente se encaminó al colegio de las chicas a toda prisa. Ron, como se le conocía, era el padre de ambas, aunque desde hacía un tiempo se había separado de su esposa para poner una pausa en una relación problemática. Sólo pasaba para compartir con sus hijas y dejarles lo que hiciera falta, pero esta vez iban a necesitar de él más que nunca antes.

Al llegar, el rostro de las niñas expresaba un dolor inimaginable, tratando de no llorar, se acercó a ellas y las abrazó. Ambas lloraban, y Alma se apretó fuerte contra el costado de su padre. "Lo siento, cuanto lo siento", no pudo evitarlo. Lloró.

En ese momento, en algún otro lugar, un teléfono sonó..:

-El... Las tiene.
-¿Lo sabe?
-No estoy seguro, la verdad no creo que lo sepa. Es tan ingenuo.
-Todo está saliendo bien. "Estrella" pronto estará lista
-Esto no me gusta nada. Es una crueldad. Esto está mal.
-No estás dónde estás porque te guste lo que pasa. Así que calla y concéntrate.
-No está bien... Esto no está bien.
-Demonios. Hablamos luego.

Se cortó la llamada, el hombre guardó silencio: "Esto no me gusta nada"

En la escuela, las niñas esperaban con las miradas humedas y distantes, su padre se acercó y abrió las puertas del auto. Subieron y partieron, la batalla por venir sería fuerte, Ron lo sabía y tenía miedo. A partir de ahora, aquellas dos pequeñas serían su responsabilidad. Alma miraba por la ventana en silencio, en una intersección su mirada se perdió en el horizonte, siguiendo la carretera frente a ella y suspiró...



*Más cerca*

Hans había estado conversando con el puntero de Z20, no podía creer que se estuviera retirando.
Ahora, sin nadie en el lugar, se le hacía inminente empezar la acción, pero aún no estaba seguro de como empezar. Iría a pensar un poco. Mientras manejaba no dejaba de pensar en esas voces que le señalaban, que le invitaban a averiguar quien sabe qué, por un momento hasta pensó que esas extrañas ilusiones tenían mucho que ver con el modo en que todo estaba pasando, pero prefirió creer que no era así. De pronto volvieron a su mente aquellas pisadas, esas huellas. Eran sin duda las pisadas de una niña.. ¿Cómo diablos habían llegado hasta ahí? Se puso de inmediato en marcha, entraría solo al lugar y trataría de echar un vistazo a esas pisadas.

"¡Lo siento!" Pensó durante el trayecto, mientras se acercaba a la intersección delante de él, no tenía idea de por qué se disculpaba o con quién, pero sintió un dolor tan profundo que sólo pudo decir eso. De pronto sintió ganas de llorar. "¿ahora qué?" se preguntó mientras secaba sus ojos y bajaba la mirada. Volvió a mirar al camino y estalló de nervios al ver a una joven mujer que cruzaba la calle... "¡Mierda! ¡Frena porquería!" El auto se deslizó dejando marcas de ruedas en el pavimento y haciendo un ruido molesto, la mujer reaccionó a tiempo para alejarse del auto... "¡Santo Dios! ¡¿Estás bien?!" preguntó Robert mientras salía del carro... No tenía idea de lo que estaba por descubrir...

*Oscuridad*

El auto de Ron aún no salía de la intersección cuando fue embestido con fuerza por otro vehículo. Los gritos de las niñas se confundían con el espantoso crugir de la carrocería destruida que después de volcar continuó arrastrándose por el suelo hasta por fin detenerse. Habían llamas, Ron estaba inconsciente y Alicia yacía tirada sobre el techo del auto, su cabello caía sobre el pavimento... Alma reposaba al lado de su hermana, boca arriba... Estaba semi consciente, pero sentía mucho dolor, y el miedo que sólo puede sentir una niña cuyo destino de pronto se ha vuelto perverso, sollozando trató de abrir los ojos... Estaba muerta de miedo, no comprendía nada, el dolor que sentía era insoportable... Escuchó voces... veía sombras moverse a su alrededor, sintió que la tomaban en brazos... "Todo estará bien pequeña... Ahora todo estará bien"... Pudo distinguir, entre las sombras, como era alejada de su padre, que aún estaba inconsciente en el suelo... Pudo ver a Alicia.. Intentó llamarla... Y sus ojos se apagaron... Se hizo la oscuridad.