*¡Ayúdame!*
Respiró profundamente y abrió sus ojos, pero era como si aún los tuviese cerrados. Estaba oscuro, sólo un tenue haz de luz se divisaba al fondo de la habitación y se acercó ahí. Aún estaba confundida, lloraba. Trataba de recordar lo que había pasado. Se frotó los ojos y miró hacia arriba. Había una ventana pequeña, era de ahí que provenía la luz, pero no podía alcanzarla. Se sentó. El temor recorría su cuerpo y miles de cosas pasaban por su mente. Era tan pequeña y frágil, ¿por qué le hacían esto? Cerró los ojos...
*Bifurcación*
Empezaban a surgir las respuestas... Y empezaba a forjarse un destino...
*Terceros*
*Terceros*
La puerta de la oficina se abrió súbitamente: "Ellos están allá... ¿Qué están buscando?" El hombre ciertamente parecía muy nervioso. Desde el escritorio, un hombre de cabello blanco y mirada maliciosa le miraba.
- Cálmate. Todo debería estar bien.
- ¿Bien? Has visto lo que está pasando... Nadie me cree pero están tras nosotros. Ellos vendrán, ¡estamos jodidos!
- ¡No seas estúpido! ¡Sabíamos que esto pasaría! Ellos no van a encontrar nada, todo ha sido cubierto... Ahora a trabajar.
- No debí meterme en esto...
Volvió a salir y cerró la puerta a sus espaldas.
- Cálmate. Todo debería estar bien.
- ¿Bien? Has visto lo que está pasando... Nadie me cree pero están tras nosotros. Ellos vendrán, ¡estamos jodidos!
- ¡No seas estúpido! ¡Sabíamos que esto pasaría! Ellos no van a encontrar nada, todo ha sido cubierto... Ahora a trabajar.
- No debí meterme en esto...
Volvió a salir y cerró la puerta a sus espaldas.
*Vuelta a la realidad*
El caliente resplandor del sol de la tarde se colaba por las ventanas del apartamento abandonado, Buendía trataba de refrescarse mientras esperaba a Robert, que parecía haberse tardado más de lo usual. Desesperado salió a buscarle. "¡Robert! ¿Dónde rayos estás? ¡Apresúrate que las cosas no son paradisíacas acá arriba...!" Robert volvió en si, empuñó su arma y reanudó la subida hasta el apartamento. Había sangre por todos lados, parecía gotear del techo y escurrirse por las paredes, tal como en aquella fotografía que había visto en la mañana. Cuerpos desmembrados descansaban en el suelo. Cerró los ojos y agachó la cabeza para no ver... "Adelante colega" insistió Buendía, Robert volvió a mirar. Todo estaba limpio, no había sangre, ni cuerpos desmembrados... Pero si había un par de cadáveres, un disparo en la cabeza, muy limpio. Se pusieron sus guantes y entraron en labor.
Recorrieron todo el apartamento buscando evidencias y pistas, luego se retiraron. En el auto Robert pensaba en todo lo que había visto y sentido, se preguntaba qué pasaba, por qué era tan frecuente todo aquello. ¿Era normal? No podía saberlo, no podía tampoco contarselo a nadie. "Hey, compañero, déjame acá en la oficina y ve a descansar, estás demasiado presionado y eso no es bueno!". La voz de Buendía le hizo volver, luego de asentir, detuvo el vehículo para que su compañero bajara frente al edificio en que trabajaban. Luego retomó el camino rumbo a casa. Bajó del auto y caminó a la casa lentamente, las imágenes de aquel lugar le perseguían, abrió la puerta y caminó a su cuarto mientras se quitaba la camisa y la colgaba sobre su hombro. Entró a su cuarto y abrió el escaparate... Quedó sorprendido cuando el espejo en la puerta le mostró lo que había a sus espaldas... Quedó paralizado..! No podía ser cierto..!
Recorrieron todo el apartamento buscando evidencias y pistas, luego se retiraron. En el auto Robert pensaba en todo lo que había visto y sentido, se preguntaba qué pasaba, por qué era tan frecuente todo aquello. ¿Era normal? No podía saberlo, no podía tampoco contarselo a nadie. "Hey, compañero, déjame acá en la oficina y ve a descansar, estás demasiado presionado y eso no es bueno!". La voz de Buendía le hizo volver, luego de asentir, detuvo el vehículo para que su compañero bajara frente al edificio en que trabajaban. Luego retomó el camino rumbo a casa. Bajó del auto y caminó a la casa lentamente, las imágenes de aquel lugar le perseguían, abrió la puerta y caminó a su cuarto mientras se quitaba la camisa y la colgaba sobre su hombro. Entró a su cuarto y abrió el escaparate... Quedó sorprendido cuando el espejo en la puerta le mostró lo que había a sus espaldas... Quedó paralizado..! No podía ser cierto..!